China Miéville. Un Lun Dun

Se llama China, pero es un hombre. Y es inglés. Sus padres así lo quisieron y él no se lo ha cambiado, así que no hay nada que decir. Aviso inicial: China es miembro activo políticamente del Left Unity, un partido troskista, y sus inclinaciones ideológicas (1) quedan patentes de vez en cuando. A fin de cuenta, todos los que escribimos, queramos o sin querer, dejamos traslucir alguna (o muchas) faceta de nuestro sistema de creencias. Pese a lo anterior, China mismo dice que no hace panfletos izquierdistas disfrazados de novelas de ci-fi o fantasía (2).

cubierta
Ilustración de cubierta

Un Lun Dun  es una novela para adolescentes. Como mucho, para young adults. No suelo leer estas obras, pero China me encanta, así que lo devoré. Digo bien, lo devoré, porque es una lectura muy amena y agradable, con unas personajes muy bien construidas y unos acontecimientos que se acercan al surrealismo, pero sin llegar al empacho onírico.

china
El autor.

Un referente más que evidente es Lewis Carrol: Unlundun es la ciudad reverso, por así decir, de Londres (3) a la que se llega de modo mágico por un túnel y en el que habitan todos aquellos personajes y objetos que ya no son utilizados y han sido olvidados, una especie de reservorio de todo aquello que en nuestra realidad ha perdido su presencia. Está claro que Zanna y Deeba, las dos protagonistas, remiten directamente a Alicia. El elenco de imágenes es maravilloso: jirafas asesinas, bibliotecarios rodeados de torres de libros, palabras que tienen vida propia (4), y la lista sigue y sigue.

Estilísticamente, China deja su forma rebuscada, recargada e incluso liosa a veces (5) para adoptar una prosa directa y fácil, pero para nada bobalicona o que tome al lector por idiota. A fin de cuentas, también busca hacer pedagogía con respecto a unos valores y no cree (y lo comparto) en el paternalismo rancio. Escribe para que se le entienda, pero también para que se le interprete.

autobus
Esto es un autobús unlundinense.

Esos valores de Un Lun Dun son claros:

-Ecología; el complot principal de la trama versa en torno a la polución medioambiental. No digo más para no espoilear.

-Feminismo; no solo las protagonistas absolutas son mujeres (adolescentes), sino que en ningún momento hay páginas dedicadas a ningún meloso romance ni pensamiento hacia ningún chico, potenciando la independencia de las dos muchachas. Son dos amigas viviendo una aventura en un mundo diferente. No necesitan chicos que las salven, porque son suficientemente fuertes. Creo que queda claro.

paraguas
Paraguas saltarines desechados aún vivos.

-Perversión de las profecías (por así decirlo); la heroína no es la predestinada. China no cree en el destino ni en los escritos que dicen lo que ha de acontecer. Por eso, la favorable resolución del libro es un canto a la superación y al tesón humano por encima de cualquier cosa que intente atar los acontecimientos.

En definitiva, es una buena forma de entrar en el mundo de Miéville, en la que su desbordante imaginación y su buen hacer como constructor de mundos es un aperitivo de lo que es capaz de hacer en sus novelas adultas.

embassy
Presentando el que para mí es su mejor libro.

1: Se define como socialista, feminista y ecologista.

2: Aunque queda patente lo que decía antes en, por ejemplo, Kraken, donde unos espíritus en huelga luchan contra las fuerzas reaccionarias del status quo.

3: Nótese el juego de palabras en inglés.

4: Y que dan pie al que es el mejor momento del libro según mis gustos, una guerra de palabras inventadas.

5: Máximo exponente es Embassytown, que a veces me hizo tener que repasarme fragmentos.


7 respuestas a “China Miéville. Un Lun Dun

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