El romance del falso caballero: Capítulo 8 (IV)

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Capítulo 2

Capítulo 3

Capítulo 4

Capítulo 5

Capítulo 6

Capítulo 7

Capítulo 8: (I) (II) (III)images.jpg

Elin miró al caballero con curiosidad. La situación, tenía que reconocerlo, le hacía gracia. Había detectado una punzada de celos en la voz de Perceval, y no se resistió a comportarse de forma traviesa, diciendo:

—Sir Niall, vuestra petición me ha conmovido. Os concedo vuestro deseo, podéis acompañarme. Mas os digo, caballero, que quizá tengamos que enfrentarnos a fuerzas oscuras… —Elin concluyó levantando el índice de forma dramática, pensando en las batallas que habían tenido que librar hasta el momento.

—Ni malvados asesinos ni terribles monstruos me apartarán de vuestro lado, dama Elin. Sabed que mi espada estará junto a la vuestra por muy complicada que sea la tarea. Aquí os juro, teniendo a Dios por testigo, que no desfalleceré ayudándoos en esta búsqueda que habéis emprendido.

Incapaz de aguantarse las ganas de hablar, Perceval dijo alterado:

—¿Acaso sabéis de qué aventura estamos hablando? —Aunque cerró la boca a tiempo, sin duda se quedó con las ganas de añadir “botarate” u otra lindeza.

—No me es necesario, caballero —replicó Niall, mirándolo con dureza—. Es mi deseo acompañar a la dama Elin…

—Deseo concedido, os digo —lo interrumpió la joven, molesta por el hecho de que ambos estuvieran hablando de algo cuya decisión, en realidad, a ella competía—. Desmontad vuestro pabellón lo antes posible y continuemos nuestro camino, pues nos restan todavía cuatro jornadas para llegar a destino.

—No os preocupéis por mi tienda, dama Elin —dijo Niall—. En mi montura llevaré cuanto necesita un caballero andante y nada más. Que el cielo estrellado sea mi techumbre al dormir y la comida aquello que cacemos por el camino…

—Si habéis terminado de decir idioteces —apuntó Perceval con acritud—, el camino nos espera.

Esa vez, Elin no dijo nada, aguantándose una risita, y los cuatro no del todo bien avenidos caballeros retomaron la senda que les llevaría a la villa del Cabo de las Almas Dichosas.

Esa noche, tras horas de cabalgadura animada por una plácida conversación en la que el nuevo integrante del grupo demostró tener talento para los más variados temas que tocaron, hicieron un fuego en el que asaron la pieza que un rato antes se habían cobrado. Entre bocado y bocado, Niall, sentado junto a Elin —pues había sido rápido a la hora de coger el sitio junto a la hoguera—, seguía demostrando su capacidad para la conversación, trufando sus frases con graciosas anécdotas de sus correrías e incluso atreviéndose a cantar alguna estrofa de moda en, según decía, el país de los francos.

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18 respuestas a “El romance del falso caballero: Capítulo 8 (IV)

  1. Para mi gusto, deberías añadir puntos suspensivos antes de cerrar el signo de interrogación. «—¿Acaso sabéis de qué aventura estamos hablando? —Aunque cerró la boca a tiempo, sin duda se quedó con las ganas de añadir “botarate” u otra lindeza». Y en el penúltimo párrafo creo que añadiendo un par de comas tras de «cuatro» y delante de «retomaron», con el fin de presentarlo como corresponde.

    Ya sabes que mis observaciones han de ser tenidas como lo que son, es decir, sugerencias, sin más.

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    1. Veamos… Tras un rato de mirar ambas propuestas:
      -Sobre los puntos suspensivos dudo. Me gusta la idea de ponerlos, pero dado que el narrador dice que cierra la boca «a tiempo», se puede desprender que de forma abrupta, por lo que la frase no quedaría en suspenso, sino cortada, es decir, cerrada con punto (no necesario, claro, al ir entre interrogaciones). No obstante, los puntos suspensivos no son una mala idea…
      -Lo de meter «no del todo bien avenidos caballeros» entre comas no me convence. Al ser una construcción que, a fin de cuentas viene as ser un «adjetivo» (entiéndanse las comillas) de «los cuatro» lo veo mejor seguido, sin pausa. Si fuera «los cuatro caballeros, no del todo bien avenidos, (…)», entonces sí me convencería.
      Por supuesto, no hace falta decir que son sugerencias. Y que las agradezco mucho, mucho, mucho 😉

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      1. Es evidente que sobre gustos no hay nada escrito y que cada persona es un mundo y a su vez puede haber infinidades de puntos de vista y criterio diferentes, pese a ello, solo a ti corresponde decidir cómo presentar la obra y las escenas.

        Saludos

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  2. Nos salió ligona Elin, todos quieren acompañarla, vaya y yo aquí librando la batalla del cotilleo, tomando un café sola… que amigo Lord, de batallas sin armas está la vida llena y no poe ello menos importantes. Amigo Lord que por estos lugares de la Mancha las lenguas pueden ser afiladas como una daga, pero que de mujeres de altos vuelos, señoras que no somos profetas en nuestra tierra, estamos obligadas a no rendirnos ante las palabras necias de gente necia. Y volviendo a tu obra, te diré que el último caballero es un Quijote en potencia, espero que sea tan valiente como él y no se vuelva loco ante las batallas que supongo acontecerán. Me encanta leerte, caballero de las letras, Lord. Besos a tu alma.

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    1. 😀 😀 😀 😀 😀
      Arrebolado me pongo y una carcajada suelto al leer tus frases, en serio.
      No sé si será Quijote (miento, lo sé) o no, pero que hay varios que beben los vientos por Elin es cierto. Ahora bien, que ella no hace gran cosa para que se fijen en ella, pues está a lo que está y no para atender amoríos, también es cierto.
      Si es que estos hombres a fin de cuentas son… pues eso… hombres 🙂

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      1. No me digas esas cosas que te cargas los mitos y esperanzas que le quedan a una vieja Dulcinea, que aun espera a su caballero andante, lo que pasa que D. Quijote veía la hermosura en la fealdad, y supongo que tambien al revés, caballeros tan cuerdos son difíciles de encontrar amigo Lord. De almas sin cuerpos está el mundo lleno y no por ello son menos importantes, jajajajajaja. Estoy filosófica ¿ehhhh?

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