TODOS ESTÁN EN EL PUNTO DE MIRA
—Conque ahí estás, bastardo…
McBurroughs se permitió una sonrisa antes de tirar, con la misma suavidad con que acariciaba a su pareja, del gatillo de su rifle. Liviano, equilibrado y fiable, el HK 85-L era el mejor arma con que un miembro del cuerpo de francotiradores podía contar en el ejército. El interior de la máquina zumbó un instante y, de la boca del cañón, surgió un haz rojizo que cruzó el campo de batalla a la velocidad de la luz para abrir un agujero humeante en la frente del servidor de artillería enemigo.
Le había costado casi un cuarto de hora, pero lo había encontrado. Ahí, refugiado entre una pila de escombros producidos por los bombardeos de los cazas suborbitales, había estado el bastardo, oteando con cuidado las posiciones de los compañeros de McBurroughs para ordenar una lluvia de muerte procedente de Grendel, el satélite que las fuerzas transpacíficas utilizaban para arrasar, con horrible precisión, las tropas continentales.
Bien, ese problema estaba resuelto.
Movió la cabeza con brusquedad para hacer que su aparato comunicador abriera el canal y dijo, sin poder ocultar su satisfacción:
—Azor a Base. Objetivo liquidado. Repito: Objetivo liquidado.
—Recibido, Azor —contestó, entre chasquidos, una voz femenina—. Buen trabajo.
Por supuesto que era un buen trabajo; como todas las tareas que le encomendaban a McBurroughs, solo cabía una forma de resolución: su tasa de objetivos tomados entre los francotiradores era la más elevada, y más de una vez, en Intendencia le habían felicitado por ser tan seguro a la hora de disparar, que la reposición de sus cartuchos era mucho más económica que la del resto de combatientes.
Separó el ojo de la mira un minuto. Solo un minuto: era el tiempo que se daba de relajación entre presa y presa. Sesenta segundos en los que descansaba la vista y miraba, sin magnificación ocular de las lentes, la desolación que se había convertido en su auténtico hogar. Ahí estaba en casa, y los períodos entre combates eran, cada vez más, momentos de espera antes de volver a la guerra.
En torno suyo, la infantería avanzaba para tomar las casamatas improvisadas de los transpacíficos, apoyada por los blindados adaptados para el combate urbano con sus seis patas de araña, y McBurroughs estuvo atento a la presencia de fuego enemigo, para poder suprimir a aquellos que causaran bajas entre los suyos.
La exquisita lentitud de la caza dio paso al frenesí de los disparos realizados casi a discreción contra las formas vestidas con uniformes verdes, el color del enemigo, y muchos de los infantes cayeron segados por el láser de McBurroughs. Las formas eran bultos que agitaban brazos y piernas al recibir el impacto, cayendo al suelo con un orificio en el cuerpo creado por luz condensada que les hervía las entrañas. Otro. Otro más. McBurroughs volvió a apretar el gatillo de su HK y un transpacífico mordió el polvo. Otro…
No hubo más presas que cobrar. McBurroughs no mataría a nadie más en esa guerra. La contienda había acabado para él. Un rictus de sorpresa se instaló a perpetuidad en su rostro cuando un boquete apareció, como surgido de la nada, en el centro exacto de su frente y el rayo siguió avanzando, destrozando el hueso del cráneo, reventando la masa cerebral.
Los transpacíficos, a fin de cuentas, también tenían francotiradores de calidad.
Tremendamente realista. Gran relato.
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Aunque sea una guerra del futuro, se puede enclavar en cualquier conflicto; me temo que las escenas de este tipo son atemporales…
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Si hay algo atemporal en el ser humano no es el amor, sino la guerra y el odio.
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Por desgracia, tienes razón.
Por cierto, me viene a la mente una idea del guionista de comics Brian K. Vaughn, que en su serie «Saga», dice que lo contrario a la «war» no es la «peace», sino «fuck» 😀 😀 😀 😀
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ja,ja,ja
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Es lo que tiene la guerra.
Genialmente contado y ambientado.
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Gracias, Francisco. Como siempre, intento hacer un retrato fatalista y nada heroico de los conflictos, ya sabes 😉
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Buen relato, a pesar de que hay un par de puntos donde algo no se ajusta a las normas… No te asustes, doy por hecho que tras corregirlo se te ha pasado por alto. ¿El qué? Lo siguiente: «… McBurroughs se permitió una sonrisa antes tirar…» aquí falta la preposición «de». Y en este otro: «… en el justo exacto de su frente…», en lugar de «justo», imagino que será «centro».
Saludos
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Gracias! Tienes mucha razón, parece que me he levantado con hambre y me he comido un par de palabras (que son las que dices). A corregirlo que voy 🙂
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Ese tipo de errores suele cometerse tras corregir alguna frase que no nos gusta y tras el arreglo lo damos por válido sin releerlo. Pero vamos, que en tu caso, cualquiera da por hecho que se trata de un despiste sin más.
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En efecto, eso pasa a menudo. Para eso están lectores atentos como tú, con cuya ayuda arreglar el entuerto 🙂
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Bueno, es lo mínimo que se ha de hacer cuando se observa algo que puede ser perjudicial para el autor.
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Y se agradece, como bien sabes 😉
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Ains, por cierto: te he mandado un correo electrónico (a la dirección que me indicaste) y un privado al Twitter. Responde, por favor 🙂
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Ya te respondí por ambos sitios.
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Vaya franco más egocéntrico, se lo tiene subido… aunque supongo que para ser franco debes de ser así.
Muy buen relato, Lord.
Un abrazo.
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Te voy a ser franco… ¡Dioses, no he podido resistirme al chiste malo y fácil! 😀 😀 😀 😀
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No seas franco, que no pega con el rojo… aunque últimamente he visto y oído cosas que puede que sí que peguen 😛
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😀 😀 😀 😀
Sigamos con chistes fáciles, va, que es bueno y sano para desentumecer el cerebro 😛
¿Qué has oído? ¿Qué has visto? Qué tensión, qué intriga y dolor de barriga 😉
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jajajajaja Es que hoy me encuentro mejor y parece que la fiebre por fin remite (después de 5 días). Te acojonarías de las cosas que veo y oigo por aquí. ¿Quién quiere un viaje en el tiempo? Que se venga p’acá que hemos retrocedido 50 años gracias al 155. Salgo a la calle y no sé si estoy en Siria o en Irak. Los tanques y los cazas forman parte del mobiliario urbano desde hace semanas, junto con las luces de navidad.
Abre los ojos y agudiza los oídos y tú también lo verás 😉
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Donde las dan las toman Milord y has repartido lo justo. «Entretosloscuernos» Un abrazo.
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Todo un «facepalm» le han hecho, sí 😀
¡Abrazo de vuelta!
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Existe el «HK 85-L»?, se supone que al ser un relato futurista no pero tal vez me equivoque. Me gusta el relato, me llama la atención la falta del observador
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Nop. A no ser que haya habido una casualidad de esas de órdago. HK, eso sí, es Heckler & Koch 😉
¿Falta del observador? Mí no comprender 🙂
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Lo digo porque H&K 85-L es más conocido por SA80, uno de los peores fusiles modernos por eso pesné que era un nombre futurista referido a un fusil del futuro distinto y el observador es la persona que marca el objetivo al francotirador indicándole la distancia, la velocidad del viento y las condiciones generales del entorno para hacer un disparo perfecto
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Ah, con lo del observador te referías a eso. Nah, en el futuro son tan chulos que no usan de eso 😀 😀 😀
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No pude dejar de leer hasta el punto final. ¡Abrazo grande! 🙂
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¡Gracias! Me alegra que te haya gustado 😉
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¡¡MUCHO!! 🙂 🙂
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El que a hierro mata, a hierro muere y quien se pone a matar, también se pone a morir. Muy real, amigo Lord, me encanta leerte. Te felicito y te admiro. Besos a tu alma.
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Es lo que tienen las guerras. Muere mucha gente. Sin ánimo de resultar gracioso lo digo 😉
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