EL PAR DE ACERO

Yusef clavó los ojos en los de Elia. Las miradas de ambos estaban preñadas de amor y dulzura mientras, alrededor de ellos, los gritos de desafío continuaban conforme los soldados estrechaban el cerco, entre un crujir de cuero curtido y tintineo de metal que cubría sus cuerpos. Las espadas se proyectaban hacia delante, como las púas de terrible puercoespín que colapsara hacia su interior, y en cuyo centro se encontrara la pareja de amantes más famosa de los tres reinos.
El par de acero, eran llamados, y aceptaban tal nombre con gusto, con un punto incluso de fanfarronería. Y lo cierto era que se lo habían ganado, porque no había dos guerreros más diestros en el arte de la batalla con espada que ellos dos. Ni, por lo que se decía, lo había habido jamás.
Sin embargo, todo parecía estar en su contra esa ventosa tarde, en los campos del Serewi, pues el ejército del que formaban parte se había batido en retirada y el par, aislados con una pequeña compañía de infantes que yacía en el suelo exterminada, era lo único que quedaba para plantar cara al duque Trito, que había prometido cincuenta piezas de oro a quien le trajera las cabezas de Elia y Yusef.
—Sabes que te amaré hasta que se extinga la luz de las estrellas —dijo él acercando el rostro a las hermosas y puntiagudas orejas de Elia.
Ella sonrió, sin hacer caso de los insultos y bravatas del enemigo, y dio la respuesta de siempre:
—En ese caso, el fuego que arde en mí las encenderá de nuevo, para que nunca dejes de amarme.
Se besaron, un beso suave, breve, cariñoso y dulce, tras recitar lo que habían convertido en un lema para ellos. Podían luchar bajo las órdenes de generales y reyes, seguir pendones de señores y castellanos, pero el amor era suyo. Solo suyo, para gozarlo y sentirlo y vivirlo.
Espalda contra espalda, se prepararon para recibir a los enemigos.
Es una estupenda presentación Milord, pero si vuesa merced tuviera a bien considerar un cambio de título, mejor que un par de acero, que no sé adónde me lleva el magín, osaría propone: Amor titánico. Un abrazo.
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Mira, también está bien lo que propones, sip. Se agradece la aportación 😉
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En la primera frase, para mi gusto, están demás los ojos que se hallan entre «los» y «de». En el primer inciso, en lugar de «… -dijo él acercando el rostro a las hermosas orejas terminadas en punta de Elia». Considero menos rebuscado «…-dijo él acercando el rostro a las hermosas y puntiagudas orejas de Elia».
Ya sabes que no son más que sugerencias.
Por lo demás, fetén.
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Sí a las dos cosas. Demasiados ojos, quito los segundo (no es que la deje ciega 😀 ). Y la sugerencia de cambio de frase, es cierto, la hace más fluida como dices. Cambio 🙂
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Bonita instantánea de un delicado momento en que por encima de las oscuras circunstancias, prevalece el amor. Incondicional y eterno, el amor es fuerza, y un bonito motivo para resistir ♥ ¿Vencerán?
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Gracias por pasarte y comentar, Loli. Sí, lo cierto es que la pareja lo tiene difícil, pero… Bien, imagina el desenlace (aunque alguien me ha chivado que sobreviven 😀 ).
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¡Una historia muy guapa! Me encanta la descripción que haces, parece que estoy allí Lord.
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Breve y, como ha dicho Carlos, introductoria. Es un par de personajes este que seguramente retomaré en algún texto más largo. ¡Un besazo, María!
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¡Jó, qué historia! Y tan breve. Cuántas cosas en tan pocas palabras. Se deja mucho cosas a la imaginación —lo que es muy bueno desde el punto de vista lector, claro—.
¿Que sobreviven? ¡Claro que no! ¡Que es ficción, releñes! Mejor morir heróicamente que en una residencia de mayores desmemoriados de su amor y desdentados de besos, viéndose apagar la llama que con tanto celo han guardado.
Otra cosa es que yo esto lo escriba desde mi realidad sentado en una silla con el culo cuadrado de estar ocho horas trabajando, ¡pardiez!
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Pues me temo que te voy a contradecir. Estoy proyectando una saga de fantasía en la que habrá un par de personajes, un par de amantes practicantes de una esgrima exquisita y con orejas acabadas en puntica… Bueno, quizá mueran aquí, en este relato, pero les auguro vida en dicha saga 😀
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Bueno, ya tienes final para la saga, jajaja
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Ya te contaré, ya… 😉
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