El romance del falso caballero: capítulo 6 (XII)

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Capítulo 2

Capítulo 3

Capítulo 4

Capítulo 5

Capítulo 6: (I) (II) (III) (IV) (V) (VI) (VII) (VIII) (IX) (X) (XI)

Galahad-L
Sir Galahad el puro, por George Frederic Watts.

La fortuna les seguía sonriendo, pues, conforme la luz que se veía al fondo crecía en claridad, escucharon unas voces que les pusieron sobre aviso de la proximidad de enemigos. Elin preguntó entre susurros:

–¿Son elfos?

Firdánir asintió con la cabeza y dejó a un lado la improvisada antorcha, pues ya no era necesaria. Sacó una flecha del carcaj, preparado para la batalla y siguió avanzando con pasos todavía más sigilosos que hasta el momento.

Por la intensidad de las voces –reconocieron dos distintas–, supieron que no estaban lejos de ellos, quienes fueran; habían llegado a una zona en la que el largo corredor comenzaba a parecer un pasillo propio de un sótano, con paredes enlucidas y soportes en las paredes de las que colgaban no teas, sino unos curiosos orbes que desprendían una luz amarillenta y pálida, pero suficiente como para poder ver sin problemas. Elin miró uno de ellos, fascinada, pero Firdánir le tiró de la manga, instándola a seguir.

–Creo que debemos estar bajo la casa que había en el centro de todas las torres –dijo, deteniéndose en una esquina y adelantando la cabeza. De inmediato, se echó hacia atrás y llevó un dedo a sus labios. Mediante señas, indicó que esos dos que habían escuchado estaban frente a ellos; no había otro camino por el que seguir, así que tendrían que enfrentarlos y acabar con ellos lo más rápido posible.

Con mucho cuidado, Firdánir colocó una flecha en la cuerda y la tensó haciendo un gesto de asentimiento a Elin, que emprendió una carrera todo lo rápido que pudo para intentar aprovechar la sorpresa. La flecha del elfo pasó junto a ella y se clavó, con excelente puntería, en el ojo de uno de los sorprendidos soldados, que hasta el momento estaban conversando tan tranquilos y despreocupados.

Al ver una mujer que se le echaba encima espada en mano, el elfo que quedaba vivo sacó con un rápido movimiento el arma que le colgaba del cinto y se levantó del taburete en el que estaba, parando a duras penas el golpe de Elin y trastabillando, sin caer al suelo gracias a que la pared tras él frenó su movimiento. No pensó ni por un momento en gritar pidiendo auxilio, por suerte para Elin y Firdánir.

Aunque Firdánir tenía otra flecha preparada, no podía dispararla sin arriesgarse a impactar en el cuerpo de Elin, así que se limitó a contemplar el duelo de los aceros, que chocaban y repiqueteaban lanzando destellos azulados y sonidos tintineantes. La joven lanzó un tajo en arco hacia el abdomen del elfo, pero este lo paró colocando su espada en paralelo a su cuerpo, y la joven deslizó su filo hacia arriba, buscando tajar los dedos de su enemigo, que respondió con pericia y giró la muñeca, convirtiendo el movimiento de Elin en algo inútil. No obstante, el elfo no tenía suficiente espacio para maniobrar, con la pared a su espalda, y estaba a la defensiva, así que Elin solo tenía que aprovechar un fallo para romper su guardia. Por fin, tras un furibundo intercambio de golpes, el elfo se equivocó al creer que la finta de Elin se dirigía a su pecho, con lo que no pudo interponer el acero cuando ella cambió de dirección como un rayo y clavó la punta de su espada en el muslo de su enemigo. Al retirar el arma, un grueso chorro de sangre surgió de la herida, pero el elfo no tuvo tiempo de gritar de dolor, pues Elin, aprovechando la ventaja que le daba haberlo herido, dio una estocada a la altura de la garganta que atravesó el cuello del elfo, quien ya no se levantaría más.

Se volvió sonriente hacia Firdánir, señalando los cascos de los elfos, unos yelmos completos con estrechas rendijas para los ojos, que reposaban en el suelo, junto a los taburetes volcados.

–Podemos disfrazarnos –dijo con gran satisfacción.

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15 respuestas a “El romance del falso caballero: capítulo 6 (XII)

  1. Leído y disfrutado como ameritas, pese a ello he de hacerte saber que el término «finta», si tenemos en cuanta las acepciones de la RAE: «finta1.
    Quizá del port. finta.

    1. f. Tributo que se pagaba al príncipe, de los frutos de la hacienda de cada súbdito, en caso de grave necesidad.

    finta2.

    Del it. finta ‘ficción’.

    1. f. Ademán o amago que se hace con intención de engañar a alguien.

    2. f. Dep. En algunos deportes de competición, movimiento inesperado que se hace para sortear al contrario.

    3. f. Esgr. Amago de golpe que se hace para engañar al contrario, que acude a pararlo.

    Real Academia Española © Todos los derechos reservados no creo que guarde relación con el contexto del episodio.

    Saludos

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    1. Sí, cierto: Elin hace una finta con la engaña al soldado enemigo, en ese sentido está usado. Es un movimiento que, de dar resultado en un combate cuerpo a cuerpo (y sobre todo con espadas), suele dar una ventaja casi definitiva si se aprovecha… ¿Dónde está el problema? Quizá no lo he explicado bien 🙂

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  2. Me ha encantado. Esa estrategia del despiste y la agilidad de mi heroína 👌 Un ataque muy refinado, digno de elfos jeje 😉
    Iba a decir que no hay cosillas para comentar, pero sigo pensando que en la última línea, después del verbo dijo, no debería de haber una coma. Pero tú eres quien tiene la última palabra. Buenas noches, Lord! 😊

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    1. Pues sí. Malditas comas hijas de la gran meretriz de Babilonia que danza al son de las flautas de los dioses exteriores con cuyos sones se mece el loco caos informe que es Azathoth con cuyos movimientos el Cosmos se convulsiona camino de su inexorable fin.
      Pues eso, que la quito 😉

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